Algunas palabras

Los finales felices no existen
¿Quien cree en eso en realidad?
¿El amante perfecto?
Ojala
Los cuentos de hadas son solo para soñadores
pero...
¿Que seria de este mundo sin aquellos que vuelven los sueños en una gran verdad?

jueves, 29 de julio de 2010

Regalo para...

Este es un presente para FRANCYLIA239. No suelo hacer Fincs por encargo (Aunque tampoco es como si me encargaran psss jaja) pero despues de estar pensandolo me dije ¿Porque no? ademas la simple idea de escribir sobre la pareja NatsuxHonoka me emociona (Por no es pedofilia! solo se llevan tres años) asi que espero sea de tu agrado Francy


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Nota: los personajes de Kenichi no me pertenecen y no obtengo beneficio alguno más que pasar un buen rato de ocio.


“La persona Indicada en el momento indicado”



Honoka consideraba que su Kouhai-Kun no estaba preparado del todo para afrontar la realidad del mundo exterior. Después de todo el jovencito (que entre momentos se le figuraba toda una versión miniatura de su querido hermano mayor) había estado durante sus largos trece años de vida en medio del bosque junto con las hadas, los duendes, unicornios y otras criaturas que suponía debían vivir ahí. Era por eso que ella, como la grandiosa hermana del heroico primer discípulo de Rio Sanpaku tenía que protegerle como el frágil e indefenso chico de nuevo ingreso, que él era.


El hecho de que Kouhai-Kun fuese practicante de artes marciales como su Onii-chan y Na-Chi le era irrelevante. Honoka tenía que cuidarle de la maldad del mundo.

El sabor del chocolate inundo su paladar causando una fina línea curva, formando una sonrisa de satisfacción en su níveo rostro y se prometió a si misma visitar ese lugar más seguido. Tomo otra porción de su “Mega Banana-Split bañado en chocolate doble” y dirigió su mirada gris hacia su—aparentemente—indiferente compañero.

Aun recordaba el monumental drama que monto su hermano cuando le dijo que ella también quería aprender Karate ya fuese con Apachai (porque según ella era el más amable) o con la maestra Shigure (Que prácticamente ya le estaba empezando a explicar el sin número de armas que había sacado de quien sabe dónde) solo para que cinco minutos después un perturbado Kenichi la sacara a rastras del Rio Sanpaku. Hasta el momento no tenía permitido volver a pisar el Dojo. Al menos no, mientras Apachi y Shigure no olvidaran lo ocurrido, lo cual ella creía difícil. Al parecer ellos si querían enseñarle.

-“Onii-Chan es un exagerado”—Pensó refunfuñante mientras observaba el matiz rojizo del cielo crepuscular atreves de la ventana, el cual cambio a los pocos segundos por el reflejo del perfil de aquel apuesto joven que tomaba en silencio una soda.

Para su fortuna y en una especie de “Dejavu”, mientras caminaba molesta de regreso a casa; se encontró con un chico rubio que estaba siendo intimidado por unos pandilleros. Obviamente su Chipote-Chillón tenía que hacer acto de presencia para ayudarle a dar una lección a esos delincuentes juveniles. Pero nunca llego a utilizarlo. Con asombro observo como aquel muchacho derrotaba a todos esos maleantes sin siquiera pestañar ¿Acaso todos en la ciudad sabían pelear como Bruce-Lee? Tomo una gran bocanada de aire. Esa era una buena oportunidad.

-“¡Hey tu Cuatro Ojos!”—Grito a todo pulmón—“¡Quiero que me enseñes eso!”
El chico rubio solo la miro, claramente confundido; para después sonreírle avergonzado diciendo algo como:

-“Me encantaría, pero si lo hago ¿No sería Exhibicionismo?”
Honoka le miro sin entender.

-“¡Oh! ¿Quieres aprender a pelear?”—Honoka asintió manteniendo alzado su Chipote-Chillón. Algo de lo que había dicho el chico anteriormente no le daba confianza—“Supongo que no estaría del todo mal. El Dojo ya necesita nuevos reclutas”—Sonrió amablemente mientras le extendía una pequeña tarjeta—“Y quién sabe, en un par de años puede que te enseñe”—Aunque no entendió, Honoka negó energéticamente.

De eso hacía ya una par de semanas.

Las Artes Marciales chinas no eran lo que esperaba (Como tampoco lo era el Dojo del Dragón rojo, el cual formaba parte de un restauran de comida China) Muchos de los movimientos eran bastante graciosos y fáciles. El chico decía que ella tenía talento innato y por supuesto, Honoka estaba maravillada, en especial porque esos pasos eran idénticos a los de Na-chi y eso le hacía sentir que ella estaba al nivel del “Niño Bonito”.
Estaba segura de que cuanto Natsu le viese se sorprendería. Pobre de él si algún día no le cumplía sus promesas. Ella seria fuerte y ya iba siendo hora de que el joven la respetase (Al menos eso era lo que le dijo Renka-Sempai, quien al igual que la mala mujer de nombre Miu, poseía unos pechos enormes) Honoka torció la boca y a media voz pregunto:

-“Neh…Nachi… ¿Sigues molesto?”
Pero el rubio no respondió, limitándose únicamente a tomar pequeños sorbos de su lata de refresco.

Unos días atrás, su Otou-Chan se había enterado de sus clases de Artes Marciales y había, prácticamente; sufrido un— gracioso—ataque de histeria mientras lloriqueaba abrazado a las piernas de su Oka-Chan, gritando:

-“¡Mi adorada hija también Saori-Chan! ¡Ella también me quiere abandonar, dejara el nido!”

Y luego su hermano la llevo de paseo para tener una “Platica de Hermanos”, Honoka creía que había sido bastante fácil conducir aquella charla por el camino que quería de tal forma que Kenichi le comprase todo lo que ella deseaba y sin soltarle información alguna. Normalmente era todo un desafío teniendo en cuenta que la persona con la que trataba siempre era Tanimoto Natsu, su protegido principal.

Honoka se preguntaba si su Onii-Chan había hablado con Na-Chi. Ya que a los pocos días mientras Renka-Sempai y el “Cuatro Ojos” le enseñaban la posición correcta de manos y pies, un muy serio Tanimoto entro al lugar portando una gabardina con capucha que cubría ligeramente su rostro y utilizando una voz nasal se dirigió a ella:

—“¿Se puede saber en qué rayos estas pensando?”
Honoka arrugo el entrecejo.

-“No sé de que hablas Na-Chi”
-“Que no me llames así…”
Si bien Renka-Sempai se había mantenido al margen, “Cuatro ojos” se interpuso entre ella y Natsu que solo le miro indiferente. Por un momento creyó que ambos se enfrentarían, la habitación se había vuelto repentinamente sofocante.

-“¡Que suertuda Hono-Chan, mira que tener a dos de tu mano!”—Soltó de repente Renka haciendo muchos otros comentarios extraños a los cuales no entendió pero que al parecer ambos jóvenes sí. Natsu solo desvió la mirada negándose hacer contacto visual con la joven que adquirió de repente rasgos felinos y le daba palmaditas en el hombro. “Cuatro Ojos” sin embargo solo sonrió nerviosamente.

Al final, termino yéndose con Na-Chi, aunque prometió regresar al otro día—“Te estaré esperando Hono-Chan”—Le dijo el rubio de lentes dándole un repentino beso en la frente. Na-Chi inmediatamente le jalo de forma brusca y la coloco sobre su hombro como si de un costal de patatas se tratara. Ella odiaba las patatas.
Al día siguiente, aunque quiso; no pudo cumplir su promesa; Na-Chi le había ganado en su usual juego de Otello (Cosa extraña, además) y le había prácticamente ordenado no volver al Dojo del dragón rojo.

—“Solo quería hacerme fuerte, como Onii-Chan o como tú”—Argumento. Tanimoto solo gruño—“Así podría proteger a Kouhai-Kun”

La mirada azul de Natsu se endureció por un momento.
-“¿Te importa tanto como para hacerte la idiota?”—Honoka comenzó a rezongar—“él no necesita que lo protejas, renacuajo.”—Dijo interrumpiendo los berreos de la chica—“si continuas con esa idea estúpida solo acabaras por meterte en problemas como tu estúpido hermano…podrías terminar muerta”

Honoka sintió un escalofríos recorre su cuerpo y de malas ganas termino aceptando los términos del chico que incluía “No volver a tratar con Cuatro Ojos”. Ante esto ella solo se encogió de hombros, tampoco es que fuera algo terrible de hacer. Aunque minutos antes de su cita acostumbrada con Natsu, Cuatro Ojos la había ido a visitar a su casa y por supuesto Na-Chi lo había visto. Quizás era por eso que él se comportaba tan seco con ella.

-“No seas tan severo. Odei Kan-Sama (*)”—Lloriqueo la muchachita, poniendo ojos de cachorro; gesto que Natsu ignoro olímpicamente.

-“¿Desea el joven algo más?”—Pregunto de pronto una mujer de cabellos negros que miraba bastante sonrojada al chico. Honoka la fulmino con la mirada.

-“No, pero muchas gracias”—Respondió Tanimoto dibujando una agradable sonrisa mientras ladeaba la cabeza de forma galante. Aquella mujer parecía que en cualquier momento se derretiría de la emoción.

-“Q-quizás su hermana…”

-“Ella no es mi hermana”—Interrumpió Natsu haciendo hincapié de ello aunque de forma amable—“Le agradezco mucho sus atenciones pero si deseamos alguna otra cosa le informare”—La mujer asintió y comenzó alejarse sin despegar su mirada de él.

Honoka gruño—“¡No hagas eso!”—Na-Chi le miro con una ceja levemente alzada—“Detesto que actúes de esa forma tan ñoña con todas las chicas, solo las animas a que estén chillando y babeando cada vez que pasas”

Tanimoto la miro detenidamente por unos pocos segundos antes de alzar la mano en dirección a la mesera—“¿Podría traerme otra soda, por favor?”—Pregunto con un jocoso timbre de voz y una mirada destellante, la mujer de cabellos negros se sonrojo notablemente mientras asentía de forma rápida.

Un tic apareció en el ojo derecho de la menor.

-“Eres…eres… ¡Eres un maldito Gigoló!”—Exclamo tomando de forma furiosa otra porción de su helado y desviando el rostro hacia la ventana con un enorme ceño fruncido.

Si hubiera puesto atención habría observado la fugaz sonrisa que surco en los labios del Joven Artista Marcial.

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(1) Kouhei-Kun es un pequeño Niño que aparece en el Gaiden del manga 380 "Animando al Nuevo Estudiante"

(2) "Cuatro ojos" es uno joven rubio que sale en un capitulo del manga cuando Renka y los demas van a una piscina publica, no recuerde nunca su nombre.

(*) Odei Kan-Sama es como se dirige Honoka hacia Natsu en el capitulo 319.